Nací en Buenos Aires y pinto hace tres años. La rama principal de mi obra es la pintura abstracta. Algo que me enseñó el crear obras abstractas, es aceptar lo creado, el producto de dejarse fluir con la pintura, de deslizar el pincel, conectar con la tela, y saber cuándo parar.

Me fascina comenzar mis obras y ver  cómo son los colores, cómo conviven  entre ellos y se armonizan, como si fuera un ideal del mundo en que vivimos.

La única diferencia que no tienen ellos la capacidad de juzgar o valorar, simplemente viven en la obra en completa armonía.

El acto creativo en si es mi motivación, sumergirme en un mundo mágico en el que solo la obra y yo sabemos adónde vamos y cuando terminamos. Me hace sentir un enorme placer y un viaje por entre las pinturas y las texturas que no tiene descripción.